9 de diciembre – Día Internacional Contra la Corrupción
10 de diciembre – Día de los Derechos Humanos
Ha sido un año muy difícil. Claramente, para algunas personas más que para otras, pero a todos y todas nos ha afectado en algún punto.
Hay amplios sectores de la población en América Latina que hoy son más pobres que el año pasado por cuenta de las consecuencias de la pandemia y las restricciones que se impusieron.
Según un informe de la FAO y la CEPAL, publicado en junio pasado, el PIB de la región podría ser este año de – 5,3%, la mayor caída en un siglo, lo que significa más de 16 millones de personas más en pobreza extrema, para un total de más de 83 millones.
Lo anterior profundiza la vulneración de muchos derechos fundamentales de las personas. Derechos como la salud, educación, alimentación, vivienda digna y trabajo. Esto es especialmente grave si tenemos en cuenta que América Latina y el Caribe es la región más desigual del mundo.
Nos esperan por delante no meses sino años duros de recuperación económica y reactivación social. Además, es muy probable que las movilizaciones sociales y las protestas tiendan a agudizarse. Recordemos que 2019 fue el año en que más personas en la región salieron a las calles a manifestar su inconformismo por las situación política y económica de sus países: Chile y Ecuador son dos ejemplos muy palpables.
Asimismo, persisten problemas que pese a la pandemia en ningún momento han estado en cuarentena. Como la violencia política que aqueja a Nicaragua, Colombia, Venezuela y Haití; la inestabilidad institucional en Perú y Guatemala o los talantes autoritarios de gobiernos como los de El Salvador y Brasil. En fin, son muchos los retos que enfrentamos como sociedad civil y que los efectos del COVID-19 ha profundizado.
Por otro lado, hay otro fenómeno que no podemos perder de vista: la corrupción. Un flagelo que también vulnera los derechos humanos.
La Resolución 1/18 de la CIDH afirma que “la corrupción es un complejo fenómeno que afecta a los derechos humanos en su integralidad –civiles, políticos, económicos, sociales, culturales y ambientales-, así como al derecho al desarrollo; debilita la gobernabilidad y las instituciones democráticas, fomenta la impunidad, socava el Estado de Derecho y exacerba la desigualdad”, la cual “tiene múltiples causas y consecuencias y en su desarrollo participan numerosos actores, tanto estatales como entidades privadas y empresas y por ello se requiere el establecimiento de mecanismos efectivos para erradicarla”.
Por lo anterior, como Coordinador General de la Red Latinoamericana y del Caribe para la Democracia (Redlad), y en ocasión del Día Internacional contra la Corrupción, exhortamos a todos los gobiernos de la región y a sus funcionarios y funcionarias públicas a poner en el centro de la recuperación económica y reactivación social a las personas más vulnerables y a las víctimas de los distintos flagelos que atraviesan nuestras sociedades. Igualmente, instamos a todas las organizaciones y actores sociales de América Latina y el Caribe a solidarizarnos, a practicar la empatía, a cuidarnos y autocuidarnos durante los próximos meses y una eventual pospandemia, algo que con la anunciada evolución de las vacunas, al parecer está más cerca.
Que estas dos fechas: 9 de diciembre, Día Internacional Contra la Corrupción, y 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos, sirvan para poner en perspectiva este año tan difícil y los retos que tenemos como sociedades en pro del fortalecimiento y defensa de la democracia. Cuenten con Redlad como un aliado incondicional para eso. Nuestros miembros en más de 20 países somos una plataforma al servicio de ustedes. Acá estamos.
No olviden que pronto nos volveremos a encontrar.
Enrique de Obarrio
Coordinador General
Redlad