2018 un año de decisiones

Lamentablemente el panorama político y social para América Latina y el Caribe sigue siendo muy preocupante. En general, el ambiente habilitante en todos nuestros países se encuentra amenazado o muy lesionado, en gran parte por el accionar del poder ejecutivo o de algunos actores al margen de la ley. Incluso, muchas veces por una combinación entre los dos.

Corrupción, violación del derecho a la protesta y represión de la misma son apenas algunos hechos graves que presentan en todas las latitudes y que vienen siendo denunciadas por muchos sectores de la sociedad civil.

La ciudadanía y las organizaciones somos agentes de cambio claves para que América Latina cambie su rumbo hacia la construcción de sociedad más democráticas y plurales. Tenemos varias herramientas que podemos y debemos usar. Una de esas es nuestro voto.

Durante 2018 hay un amplio panorama electoral. Desde REDLAD estamos en constante monitoreo del ambiente político que se está viviendo en los países que están llamando a elecciones de todo tipo este año.

Brasil, Colombia, Costa Rica, México y Paraguay harán elección de nuevos presidentes. La polarización es una regla general en dichos países, más que el debate de calidad. En Venezuela también se pretende elegir nuevo presidente, pero la comunidad internacional y la sociedad civil del continente hemos hecho un llamado para que no se reconozcan los resultados de dichos escrutinios puesto que están viciados y manipulados por el poder ejecutivo, en cabeza de Nicolás Maduro, y por la Asamblea Nacional Constituyente, cuya elección también hemos denunciado desde distintos sectores.

Por otro lado, también habrá elecciones parlamentarias, y en algunos casos regionales y municipales, en esos países en mención así como en Perú.

Desde REDLAD queremos hacer un llamado a la reflexión, a que cada uno de nosotros vaya a las urnas de manera libre y pensando en el futuro de nuestros países. Debemos apostarle a elegir personas que le apuesten al progreso, a agendas políticas que promuevan la igualdad, el respeto por los derechos humanos y los principios fundamentales de las democracias. No podemos dejarnos llevar por discursos de odio. A pesar de las dificultades y de la crisis democrática, institucional y de legitimidad por las que están pasando nuestros Estados, no hay duda de que en hemos avanzado mucho si nos comparamos hacer 20 o 30 años. No perdamos lo conquistado, vamos por más. Por sociedad más democráticas.
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