La actual coyuntura política y social de Costa Rica debe llamarnos la atención, sobre todo a las organizaciones de la sociedad civil y activistas de los derechos humanos. Este país centroamericano siempre se ha caracterizado por tener un ambiente habilitante, en términos generales, bastante abierto y respetuoso. Sin embargo, en los últimos años algunas voces conservadoras y fundamentalistas han venido ganando terreno en los espacios políticos, como en la mayoría de los países de la región, con el único objetivo de retroceder o poner obstáculos a muchas conquistas en materia de derechos humanos que la población LGBTI ha logrado o de derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.
El pasado 5 de febrero, Costa Rica votó en primera vuelta en elecciones presidenciales. De ahí se decantaron dos candidatos: Fabricio Alvarado y Carlos Alvarado. El primero es un pastor evangélico, que para muchos tiene posibilidades de ganar en segunda vuelta y que ha sido opositor férreo de cualquier reconocimiento de derechos a personas LGBTI, así como de los derechos sexuales y reproductivos. Representa posiciones fundamentalistas sobre la familia y en contra del Estado laico. El segundo es el candidato del oficialismo con quien los sectores alternativos y progresistas de la sociedad ven más posibilidades de dialogar y avanzar en materia de derechos.
Por lo anterior, la Red Latinoamericana y del Caribe para la Democracia (REDLAD) decidió abordar desde hace más de un año el tema buscando aliados tanto en el mundo religioso como en el activismo para tender puentes y contrarrestar las visiones más fundamentalistas, como las que en estos momentos se erigen en Costa Rica, en el marco de las elecciones presidenciales. Es así como junto con la Coalición de Religiones, Creencias y Espiritualidades, liderada por el Grupo de Estudios Multidisciplinarios sobre Religión e Incidencia Pública (GEMRIP), y la Asociación Mulabi – Espacio Latinoamericano de Sexualidades y Derechos se llevó a cabo el foro “Religión y Política: lecciones de América Latina en la coyuntura costarricense”, en San José el día 27 de febrero en las instalaciones de la Defensoría del Habitante.. En dicho evento estuvieron como panelistas principales Nicolás Panotto, director de GEMRIP, y Gabriela Arguedas, especialista en bioética y profesora de la Universidad de Costa Rica. Como comentarista estuvo Genilma Boehler de la Universidad Bíblica Latinoamericana.
En general, se puso de manifiesto la necesidad de evidenciar lo nocivo que son algunos discursos que incentivan el odio en contra de ciertos sectores de la población y lo importante que es visibilizar las voces alternativas y progresistas para el fortalecimiento de la democracia.
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