No son gratuitas las marchas y protestas que una buena parte de países de la región están viviendo. Hay una crisis profunda del modelo democrático que toca todos los ámbitos de la vida de las personas.
El panorama con el que llega el Día Internacional de los Derechos Humanos (10 de diciembre) no es más alentador que el del año pasado. Según el último informe de CIVICUS, denominado “People Under Attack 2019”, “en el último año, el doble de personas viven en países donde se violan las libertades cívicas. Aunque nuestros datos muestran que el espacio cívico sigue abierto en 11 de los 35 países de las Américas, 526 millones de personas aún viven en lugares donde sus libertades democráticas y políticas básicas son frecuentemente violadas”.
Dichas cifras deben ponernos en alerta máxima, sobre todo porque en la mayoría de nuestros países, con notables excepciones, formalmente el régimen imperante son las democracias. Por lo tanto, debemos preguntarnos en qué estamos fallando o, más bien, qué estamos permitiendo como sociedades. No se trata de meros formalismo, la gente exige cambios y no se conforma con que en un papel diga que tiene derechos a una cosa o la otra. Las personas quieren ejercerlos y vivirlos plenamente.
Este 10 de diciembre llega nuevamente a nuestro continente con una gran lista de deudas que, en el mediano plazo, no están prontas a solucionarse.
Este nuevo Día Internacional de los Derechos Humanos hay poco por celebrar y muchas alarmas que prender. No obstante, desde la Red Latinoamericana y del Caribe para la Democracia (REDLAD) queremos aplaudir la labor de todos nuestros miembros, de las demás organizaciones de sociedad civil y de los líderes sociales de todos los países que dan sentido a la lucha por la democracia y los derechos humanos. Muy seguramente sin su labor el panorama sería aún peor. Gracias, muchas gracias por resistir, por insistir y sobre todo por construir utopías que nos mantienen vivos y vivas, muy a pesar de la realidad.
Sigamos adelante, en REDLAD tienen un aliado más y una plataforma donde sus voces tiene eco. Los derechos humanos no se negocian con nadie. Se defiende y de protegen porque son la vida misma.