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Desde la Red Latinoamericana y del Caribe para la Democracia (Redlad) vemos con profunda preocupación las declaraciones que ha hecho el presidente de El Salvador Nayib Bukele en contra de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por sus advertencias de cómo a través del Estado de excepción, promulgado desde marzo de 2022, ha servido para violar los derechos humanos tanto de la ciudadanía, de la oposición política y la prensa como de las personas privadas de la libertad.
Su discurso busca estigmatizar la labor que desde su creación la CIDH adelanta en pro de la defensa de los derechos de todas las personas respetando y promoviendo los marcos legales y los convenios internacionales en todas las materias y denunciando cualquier violación a dichos derechos sin distingos de color político en todos los países del continente.
Un mensaje a todos los pueblos de Latinoamérica, sobre la @CIDH y la urgencia de que se permita a los gobiernos defender a la gente honrada. pic.twitter.com/aOGEl6RbCY
— Nayib Bukele (@nayibbukele) November 12, 2022
Ni la Comisión ni ninguna de las organizaciones de sociedad civil de El Salvador y del hemisferio que apoyamos su labor y a la vez condenamos las violaciones al espacio cívico del gobierno salvadoreño estamos en contra de la ciudadanía, al contrario, vemos con alarma cómo el mandatario Bukele manipula la evidente crisis de seguridad y convivencia que azota al país centroamericano para validar muchas medidas autoritarias que socavan los principios fundamentales de cualquier democracia y del Estado de Derecho.
Por lo anterior, desde Redlad:
- Exigimos al presidente Bukele no estigmatizar más la labor que adelanta la CIDH, la cual está siempre enmarcada en los derechos humanos y la defensa de la democracia.
- Hacemos un llamado a toda la sociedad civil de América a defender a la CIDH puesto que durante toda su existencia ha sido una gran aliada para denunciar las violaciones a nuestros derechos humanos.
La CIDH es un patrimonio de todo el continente que ha sido siempre atacada desde todas las orillas políticas y por muchos mandatarios a lo largo de toda su historia, no es enemiga de la ciudadanía sino una instancia de tremenda importancia para la labor que realizamos muchas organizaciones del hemisferio.