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La situación en Haití es cada vez más grave. El país caribeño hoy por hoy es epicentro de una crisis estructural que tiene varios componentes: político-institucional, económico, social y de seguridad.
Hace poco más de un año se produjo el magnicidio del presidente Jovenel Moise, a manos de mercenarios en una situación que todavía falta por aclarar. Además, el poder adquisitivo de los haitianos es cada vez más precario y los precios de alimentos y combustibles cada vez más altos e inasequibles para la mayoría de la población. La ONU ha dicho que por lo menos 5 millones de personas están al borde de la desnutrición. Asimismo, en un informe del pasado 14 de octubre, el organismo internacional ha denunciado que la mayoría de barrios de Puerto Príncipe, la capital, y hasta un 70% del país están en manos de bandas criminales que controlan el territorio y usan la violación como arma de control, tanto en mujeres como en hombres.
Varios organismos internacionales, activistas y organizaciones de sociedad civil estamos de acuerdo en que la situación del país requiere soluciones prontas y efectivas porque lo que se vive en Haití es una situación permanente y sistemática de violación de todos los derechos humanos en la mayoría de la población, tanto por parte de agentes estatales como por parte de agentes ilegales, muchas veces coludidos entre ellos mismos.
Por lo anterior, la Red Latinoamericana y del Caribe para la Democracia (Redlad):
- Urge a la comunidad internacional aunar esfuerzos para contrarrestar, en primera medida, la crisis política y alimentaria.
- Solicita que se pondere mejor la posibilidad de una intervención militar, toda vez que puede empeorar la crisis de derechos humanos, como ha ocurrido en otras partes del mundo.
- Insta a las fuerzas políticas y sociales de Haití a encontrar puntos en común para llegar a acuerdos que restablezcan la confianza institucional y un camino claro de recuperación de la democracia.
Haití lleva muchos años sufriendo el abandono tanto por parte de su élite gobernante como de la comunidad internacional. La sociedad civil haitiana, latinoamericana y caribeña llevamos mucho tiempo denunciando su tragedia y ha sido poca la atención recibida. Es hora de actuar.