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ALERTA Nicaragua: dictadura de Ortega persigue a la Iglesia Católica

Foto: LatinContent via Getty Images – LatinContent

La situación en Nicaragua es cada vez peor para todos los sectores de la sociedad. El régimen dictatorial de Daniel Ortega y de Rosario Murillo no sólo se ha encargado de perseguir y reprimir a organizaciones de sociedad civil, universidades, partidos y líderes opositores, empresarios sino que también lo ha hecho con comunidades religiosas y de fe, como la Iglesia Católica.

Durante los últimos días, el gobierno nicaragüense ha usado la Policía y a otras autoridades públicas para violar sistemáticamente los derechos humanos de miembros del clero católico y sus instalaciones. La primera semana de agosto ha ordenado el cierre de al menos seis emisoras católicas, el allanamiento ilegal de varias diócesis a lo largo del país y, asimismo, ha ordenado el arresto de dos sacerdotes, como el del obispo de Matagalpa Rolando José Álvarez Lagos el pasado 5 de agosto. 

El régimen orteguista ha decidido reprimir a todas los miembros de la Iglesia Católica que durante 2018 fueron parte mediadora en los diálogos nacionales para encontrar una salida pacífica a la crisis que vivía el país en ese año. Los ha tildado de “golpistas” y “terroristas”, ésto en una clara violación de sus libertades y derechos humanos. 

Por lo anterior, desde la Red Latinoamericana y del Caribe para la Democracia (Redlad):

  • Exigimos al gobierno de Daniel Ortega respetar los derechos humanos y las libertades, entre esas la religiosa, de creencias y espiritualidades que se han visto vulneradas en los últimos meses. 
  • Exhortamos a la comunidad internacional, entre esas al Vaticano, a rechazar tajantemente la violencia política y religiosa que el régimen de Ortega ha desplegado en el país.
  • Solicitamos a los organismos internacionales e interamericanos de derechos humanos aplicar todas las medidas y encender todas las alertas posibles sobre los que está pasando en Nicaragua. 
  • Invitamos a todas las organizaciones de sociedad civil y comunidades religiosas y con base en fe del continente a solidarizarse con la grave crisis humanitaria y de derechos humanos que vive Nicaragua.