Foto: Matías Delacroix – AP
La crisis política, social y económica que vive Haití desde hace décadas, y que cada año se recrudece, ha expulsado a cientos de miles de personas de su país. Cifras de organismos internacionales como la ONU, estiman que en el último tiempo han salido cerca de dos millones de personas. Por lo tanto, la migración haitiano en su gran mayoría es por causas humanitarias.
Los principales destinos son países de Suramérica, México y Estados Unidos, pero también el país vecino con el que comparten frontera: República Dominicana, para el cual dicha oleada migratoria es un gran reto y presenta complejas realidades.
Sin embargo, tanto autoridades de Haití como organizaciones de derechos humanos de la isla, del resto de América Latina y la misma ONU, a través de su alto comisionado Volker Türk, han denunciado cómo el gobierno dominicano está vulnerando sistemáticamente los derechos humanos de haitianos y haitianas, por fuera de los estándares internacionales y contraviniendo acuerdos bilaterales. Asimismo, el presidente Luis Abinader ha emprendido una política sistemática de deportación de migrantes haitianos con protocolos muy cuestionables, en los que incluso se denuncia racismo.
Por lo anterior, desde la Red Latinoamericana y del Caribe para la Democracia (Redlad):
- Exhortamos a los gobiernos de República Dominicana y Haití a llegar a nuevos acuerdos bilaterales en pro de establecer protocolos garantistas de los derechos humanos en los procesos de repatriación de haitianos.
- Solicitamos al Estado dominicano cumplir con los estándares internacionales en materia de migración por causas humanitarias.
- Solicitamos que la comunidad internacional ayude al gobierno haitiano a la lucha contra las pandillas y los grupos ilegales que tienen azotado a Haití, más allá del congelamiento de los activos. Es necesario rastrear las alianzas criminales que sostienen en países como República Dominicana y otros del hemisferio.