Una libertad religiosa que garantice el Estado de Derecho y la democracia

En el marco de la 49° Asamblea General de la OEA, realizada en Medellín, Colombia del 26 al 28 de junio, y viendo la propuesta que hizo el Gobierno de los Estados Unidos para incluir una resolución sobre libertad religiosa, que finalmente fue aprobada por el plenario, nos propusimos poner en discusión las implicaciones que tiene tal decisión y cómo eso afecta o afectaría el ejercicio de la ciudadanía y de las organizaciones en el espacio cívico de cada uno de los países miembros de la OEA.

El día miércoles 26 de junio, en horas de la tarde, llevamos a cabo junto con el Grupo de Estudios Multidisciplinarios de Religión e Incidencia Pública (GEMRIP) un panel de discusión denominado “Implicancias  y desafíos de la Resolución sobre Libertad Religiosas en la Asamblea General de la OEA”. Allí contamos con la presencia de la asesora en temas de libertad religiosa del Departamento de Estado de los Estados Unidos, la señora Victoria Alvarado; el secretario Ejecutivo de la CIDH, Paulo Abrão y el director de GEMRIP, Nicolás Panotto. Dicho panel estuvo moderado por nuestra directora ejecutiva, Gina Romero.

En el público estuvieron varios miembros de organizaciones y comunidades con base en fe y religiosas que llevan muchos años trabajando estos temas y que les interesa que la mencionada resolución, además de garantizar la libertad religiosas de todas las creencias que existen en el continente, también se fundamente en los más altos estándares de respeto por los principios fundamentales de la democracia y el Estado laico.

Para REDLAD este panel es un paso muy importante en nuestro trabajo de aportar al diálogo democrático entre los Estados y la sociedad civil en pro del fortalecimiento del Estado de Derechos y de los derechos humanos de todas las personas.

La libertad religiosa en perspectiva regional

La situación de la libertad religiosa en nuestra región se distancia de los casos de violencias que se han presentado principalmente en países del hemisferio oriental, que usualmente son los que indican mayor preocupación en los informes internacionales. Sin embargo, en los últimos años se han venido presentando casos de intolerancia, discriminación y en menor grado de persecución que pueden llegar a ser preocupantes. Por ejemplo, Brasil, Colombia, Cuba, México, Nicaragua y Venezuela son países donde se han podido identificar este tipo de hechos.

En Brasil hay una discriminación y persecución inusitada hacia las religiones y creencias de matriz africana. Incluso se han registrado ataques violentos y directos a sus lugares de culto y creyentes. Mientras tanto, en Colombia y México, la libertad religiosa se ve vulnerada en los lugares más afectados por el conflicto armado, en caso del primero, y por el crimen organizado en el segundo sin que sus respectivos Estados estén haciendo mayor cosa para proteger a la ciudadanía.

Medellín. Evento “Implicancias  y desafíos de la Resolución sobre Libertad Religiosas en la Asamblea General de la OEA”. 26 de junio de 2019

Por su parte, desde el triunfo de la Revolución en Cuba se han presentado un gran número de violaciones a la libertad religiosa. Entre las más destacadas se encuentran: la prohibición de una educación religiosa; múltiples restricciones impuestas a las sociedades y organizaciones que les impide actuar con libertad; el constante acoso a religiosos, la prohibición de construir templos a menos de que el Gobierno lo autorice; además de las irrupciones y prohibiciones para asistir a los servicios eucarísticos.

En Nicaragua y Venezuela suceden cosas similares, puesto que el acoso y los ataques a algunos sectores, iglesias y líderes religiosos proviene o es instigado por sus gobiernos, ya que muchos miembros de dichas comunidades de fe son activos denunciantes de las violaciones a los derechos humanos y de las crisis social, política y económica que vives esos países.

Libertad religiosa no es igual a discriminar

Este es quizá uno de los temas menos tratados en la sociedad civil latinoamericana, como se mencionó anteriormente. Se ha relegado tanto al ámbito meramente privado que hemos olvidado sus implicaciones en lo público y por ello es constantemente usado por muchos sectores contrarios al avance en derechos humanos para profundizar la discriminación y exclusión de ciertos grupos sociales en la mayoría de nuestros países en América Latina y el Caribe.

Aparte de los casos más preocupantes expuestos previamente, en los informes que hablan sobre los casos de intolerancia religiosa en América Latina suelen resaltar situaciones asociadas con grupos cristianos (entre ellos católicos romanos y evangélicos) y políticas de género y diversidad sexual. En estos escenarios suelen asociar el avance de los temas de género y sexualidad en las agendas públicas de América Latina o eventos a favor de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres con una posible vulneración de la libertad religiosa.

Sin embargo, en el debate público se tiende a soslayar la heterogeneidad de los iglesias, comunidades y grupos basados en fe y religiones, puesto que en dicho mundo no hay una sola posición referente al género, la sexualidad y la diversidad. Son muchas las voces alternativas y distintas que reclaman ser escuchadas para aportar en la discusión y que además están comprometidas con el avance en derechos de todas las personas. Es más, dentro sus miembros y líderes destacan personas LGBTI o mujeres que defienden y promueven sus derechos sexuales y reproductivos.

Brasil. Marcha en 2017 por la libertad religiosa y la tolerancia. Agencia AFP

Estas otras voces nos recuerdan que la libertad religiosa en ningún momento puede ser excusa para legalizar o amparar la discriminación desde el Estado y la democracia, pues sería contradictorio con los derechos humanos consagrados en tratados, convenciones, normas internacionales y las mismas Constituciones políticas de los países.

Es por lo anterior, que gran parte de la sociedad civil del hemisferio se ha movilizado para aportar activamente en el debate de una resolución sobre el tema en el seno de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Si bien consideramos que es pertinente hacerlo, reiteramos que dicha resolución debe ajustarse a los estándares de protección de los derechos humanos vigentes y de los avances que diversas poblaciones han impulsado, no sólo en el Sistema Interamericano sino también en el de Naciones Unidas.

Principales recomendaciones

Para que la resolución se ajuste plenamente a la protección de los derechos humanos de todos y todas, desde la sociedad civil comprometida con sus avances, ampliación, con la diversidad y pluralidad, creemos que profundamente en que debe contemplar los siguiente:

  1. El respeto a la pluralidad de religiones y las múltiples perspectivas dentro de las comunidades religiosas y de fe.
  2. Resaltar el aumento de los discursos violentos dirigidos hacia y desde agentes religiosos y otros actores sociales y políticos
  3. Enfatizar en la interdependencia de los derechos humanos y su marco legal.
  4. Considerar que la libertad religiosa está interrelacionada con los principios básicos de igualdad, no discriminación y no coacción, que se superpone con otros derechos, según sea necesario para desarrollar estándares interamericanos sobre el tema.

Contexto

Este evento se llevó a cabo bajo la iniciativa que surgió en REDLAD, hace casi tres años, de acercar nuevas voces a los debates más fundamentales que le preocupan a la sociedad civil en materia de derechos humanos y fortalecimiento de la democracia y el Estado de Derecho. En esa búsqueda de nuevas voces nos encontramos con un sector casi que inexplorado para nosotros y nosotras: las comunidades con base en fe y religiosas. Un mundo que para muchas personas en la sociedad civil es desconocido, ya que se sigue creyendo que las religiones y las creencias de la gente son cosas exclusivamente del ámbito privado y debe quedarse allí, que no tiene nada que ver con las discusiones sociales, políticas, culturales y hasta económicas del espacio público. Sin embargo, pese a que la libertad religiosas es una libertad meramente individual tiene a la vez repercusiones colectivas que no pueden soslayarse.

En 2017 firmamos un acuerdo con el Grupo de Estudios Multidisciplinarios sobre Religión e Incidencia Pública (GEMRIP), una organización compuesta personas expertas en teología con perspectiva de derechos, que nos ha ayudado a entender mejor las implicaciones que tienen las religiones y creencias en la construcción de sociedades democráticas y plurales. También nos han ayudado a entender que el  mundo de las religiones no es homogéneo ni uniforme. Existen muchas voces distintas que merecen ser visibilizadas y escuchadas.


Consultar acá EXTRACTO SOBRE LIBERTAD RELIGIOSA 49° AGOEA 2019