Foto: USA Today Network
El día 3 de noviembre los Estados Unidos vivió una jornada electoral sin precedentes históricos. Por un lado, un número récord de votantes: más de 150 millones; alrededor de 100 millones por correo. Esto, sin duda, merece un reconocimiento a la ciudadanía estadounidense que ejerció su derecho al voto pese a las restricciones que la pandemia del COVID-19 ha impuesto, en uno de los países del continente más afectados por el virus. Al día de hoy registra casi 10 millones de casos confirmados y más de 240 mil muertes.
Sin embargo, las elecciones no han estado exentas de polémicas y tensiones políticas que muchos califican también de históricas e inéditas. El actual presidente, Donald Trump, ha desestimado la transparencia del proceso electoral en varios estados clave. Durante la noche del 5 de noviembre ofreció una conferencia de prensa en la que acusó a los demócratas de corruptos y de fraude y, consecuentemente, se autoproclamó vencedor de las elecciones en Georgia y Pensilvania.
Por ahora, aunque no hay resultados oficiales que le den la victoria a ninguno de los candidatos en los estados mencionados, según los cálculos de expertos y medios de comunicación es probable que la victoria final sea para el demócrata Joe Biden. Sin embargo, el presidente Trump ha dado muestras de estar renuente a reconocer cualquier resultado distinto que no sea su reelección. Por lo tanto, ya ha anunciado demandas ante las cortes por fraude, sin presentar por ahora ninguna prueba que soporte sus afirmaciones. A lo cual, líderes republicanos destacados como Marco Rubio y Mitch McConnell, líder del partido en el Senado, no lo han respaldado y, por el contrario, han manifestado su deseo de que se respete el conteo de votos y la autonomía de los estados en el proceso electoral.
Desde la Red Latinoamericana y del Caribe por la Democracia (Redlad) manifestamos nuestra preocupación por una eventual crisis política en Estados Unidos que ponga en riesgo la estabilidad institucional de uno de las potencias más influyentes del mundo occidental. Por lo tanto:
- Instamos al gobierno del presidente Donald Trump y líderes republicanos a respetar el proceso de conteo de votos que se desarrolla en cada uno de los estados.
- Exhortamos al mandatario estadounidense a presentar pruebas del fraude electoral que dice existir, ya que si sus acusaciones son ciertas las pruebas deben ser de conocimiento público y, sobre todo, de las autoridades judiciales.
- Hacemos un llamado a la calma a los votantes de ambos partidos para que protejan sus sistemas electoral y democrático que no ha presentado en el pasado signos de corrupción ni de manipulación en el conteo de votos de manera significativa.
- Solicitamos a las autoridades y líderes del país a proteger el derecho al voto que cada persona ejerció libremente y que sean tomados en cuenta sin excepciones.
Estados Unidos es, sin duda, uno de los sistemas electorales más robustos del hemisferio así como su democracia. Es muy inconveniente que sin certezas sobre corrupción electoral se ponga en duda el proceso de votación.